jueves, 11 de abril de 2013

ECFRASIS PICASSIANA por RAFAEL ALBERTI

Te amo así, sentada                                                                                                                                                           con los senos cortados y clavados en el filo,
como una transparencia,
del espaldar de la butaca rosa,
con media cara en ángulo,
el cabello entubado de colores,
la camisa caída
bajo el atornillado botón saliente del ombligo,
y las piernas,
las piernas confundidas con las patas
que sostienen tu cuerpo
en apariencia dislocado,
adherido al journal que espera la lectura.
Divinamente ancha, precisa, aunque dispersa,
la belleza real
que uno quisiera componer cada noche.  
                                                                                                                                                                                                    La literaturización de la pintura es la transcripción más o menos inmediata del objeto pictórico. En este poema los abundantes elementos descriptivos que levantan la arquitectura de los versos nos remiten a Mujer en camisa sentada en un sillon (1913), obra de Picasso del periodo del cubismo sintético, caracterizado por su mayor descriptivismo.

Pero el lenguaje de la poesia permite a Alberti superar el plano de la simple descripción para pasar a plantear, mediante imagenes puramente literarias y altamente conceptualizadas, contenidos anímicos equiparables a los que suscita el pintor con su otro lenguaje como en este poema de Mujer llorando,  que nos remite a la misma obra de Picasso  (1937), aquí se recoge la impresión final que el cuadro produce y no los métodos pictóricos para este fin.


Se puede llorar piedras.
lágrimas como gotas de piedra.
Dientes que caen de los ojos
igual que si los ojos llorasen
dentaduras de piedra.
Nunca el dolor lloró tan gran dolor
lanzando goterones de piedra,
dientes y muelas de dolor de piedra.